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Borja Abargues

LA MODELO en blanco y negro. El proyecto del nuevo espacio pondrá fin a 117 años de memorias de una de las cárceles más significativas de la historia de España.
Inaugurada en 1904, El Centro Penitenciario de Hombres de Barcelona, conocido popularmente como Cárcel Modelo se convirtió en un símbolo arquitectónico e histórico desde su apertura hasta su cierre en 2017. Su nombre original fue Prisión Celular pero muy pronto se la conoció como La Modelo, ya que debía servir como referente para la nueva reforma penitenciaria de principios del siglo XX.
Para su construcción, los arquitectos Josep Domènech i Estapà y Salvador Vinyals viajaron por Europa con el fin de conocer el funcionamiento de distintas penitenciarías. A diferencia de los centros de reclusión tradicionales, en los que dominaban el caos y el hacinamiento, los impulsores del proyecto consideraban que la nueva cárcel sería un ejemplo de regeneración para el preso, basado en el aislamiento, la práctica religiosa y la instrucción. Además de un garante de seguridad.
Disponía de seis galerías y cada una de ellas albergaba una distinta tipología de presos: la 1 para internos primarios; la 2 para internos con buen comportamiento; la 3 para reincidentes con conducta adaptada; la 4 para reincidentes con dificultades de adaptación; la 5 para internos primarios y presos que trabajaban en la prisión; y la 6 para presos en régimen de aislamiento.
El edificio se inspiró en la teoría del panóptico, un concepto muy novedoso de arquitectura carcelaria ideado por el británico Jeremy Bentham a finales del siglo XVIII. Bentham había introducido el concepto latente de la dictadura de la mirada. La vigilancia del preso desde un único punto central de observación, “el ojo que todo lo ve”, controlaría cualquier movimiento en el recinto.
Muy pronto, los vecinos del barrio de l’Eixample de Barcelona empezaron a llamar a la cárcel Hotel Entença (calle donde se sitúa la entrada principal al centro) por todos los servicios básicos que los presos disponían en ella: comedor, enfermería, celdas dotadas de ventanas, luz eléctrica, agua corriente…  Pero esta fama adquirida duró más bien poco tiempo, ya que muy pronto la capacidad prevista de 800 reclusos fue ampliamente superada y el centro llegó a albergar a más de 15.000 personas.
Cabe recordar que por estas instalaciones pasaron 150.000 internos, entre ellos personajes tan dispares como Lluís Companys, Jordi Pujol, Salvador Puig Antich, el etarra Juan Paredes (Txiki) o Juan José Moreno Cuenca, más conocido como El Vaquilla.
“El Vaquilla, fue el personaje elegido por todos los presos como portavoz perpetuo de la Cárcel Modelo. Pasó 28 de sus 42 años entre centros y reformatorios. Era listo y perspicaz y aprovechó su ocasión para demostrarlo. Sus dos años de escuela no habían sido suficientes para aprender a leer, así que acudía a la biblioteca de la prisión en busca de tebeos (entre los cuales escondían cigarrillos aplastados en sus páginas), libros de historia y novelas románticas. Entre unos y otros descubre su pasión por la lectura, que ya no abandonará hasta su muerte en 2003. Protagonista de varios motines, destaca por encima de todos el perpetrado en 1984 junto a siete presos, en el que llegó a expresar sus quejas por la radio y lograr, incluso, que se les administrara droga constantemente.
Otro año marcado en la historia de la cárcel catalana fue 1908, año en el que tuvo lugar la primera ejecución por garrote vil en la Modelo. El sentenciado fue un confidente de la policía llamado Joan Rull, el cual ideó un sistema para lucrarse y que consistía en extorsionar a la gente mediante el miedo a la colocación y explosión de bombas.  Esto ocasionó una oleada de terror en la ciudad de Barcelona.
Los peores años del complejo penitenciario tuvieron lugar en los años cuarenta, ya que la población reclusa alcanzó la desmesurada cifra de 13.000 presos. El hambre, la miseria, el hacinamiento, la enfermedad, la muerte… determinaron los primeros años del franquismo, marcados por la represión al bando perdedor.
Según relata el historiador Manel Risques: «La Modelo era el espacio de angustia donde los condenados a muerte en consejos de guerra esperaban que llegara el preceptivo enterado de Franco para cumplir la sentencia o la hipotética conmutación de la pena inferior: 30 años de prisión».
Con el fin de la Dictadura y la llegada de la Democracia, la cárcel sufrió un declive y las condiciones se degradaron por la falta de inversiones y las condiciones del hacinamiento. Pese a los intentos de adaptar las viejas infraestructuras a la nueva realidad, en 2017 se decidió su clausura y con ella dejar tras de sí más de un siglo de historias en blanco y negro.
Según el Ayuntamiento de Barcelona, está previsto que en 2023 se inicien las obras de reorganización de la antigua prisión. El proyecto ganador “Model, batega” recibió 92 de 100 puntos posibles, y el equipo de Forgas Arquitectes y Planas Esquius Segatti pronto se pondrán a trabajar en esta “transformación” valorada en más de 100 millones de euros.

Borja Abargues. Inicié mis estudios en la Escuela de Fotografía Documental Blank Paper de Valencia (ESP). Aunque mi formación técnica fue totalmente autodidacta, muy pronto me empecé a interesar por el fotoperiodismo con profesionales como Gervasio Sánchez o Sandra Balsells. Durante mi trayectoria profesional cómo fotógrafo, he colaborado en múltiples medios de comunicación, Agencias y ONG. En la actualidad, trabajo para entidades como CRUZ ROJA o NASCO FEEDING MINDS, agencias como NURPHOTO o grupos editoriales como EDICIONES PLAZA. He participado en varios concursos fotográficos y he conseguido reconocimientos cómo los obtenidos en los INTERNATIONAL PHOTO AWARDS de 2017 y 2019, LICC de Londres en 2018 o las distintas selecciones en DESCUBRIMIENTOS PHOTOESPAÑA en las ediciones de 2015 y 2016. Actualmente, estoy inmerso en la realización de nuevos proyectos fotográficos relacionados con las crisis sociales en el mundo, la salud y el impacto ambiental.

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