Julieta Averbuj
El Juego de la Madalena es un ensayo visual sobre la necesidad de recordar.
La idea surge del deseo de homenajear a mi padre, fallecido en 2017 en la ciudad de Buenos Aires. Las fotografías, sacadas de sus álbumes familiares, son recuerdos de un tiempo en el que yo no existía, pero que sin embargo siento propio gracias a sus relatos. Estas imágenes (algunas enmohecidas y consumidas por los hongos que crecieron en el interior de los álbumes) hablan del vínculo entre el tiempo y la memoria. Al igual que el paso de los años modifica los recuerdos, los hongos invaden la materialidad de las imágenes, dando cuenta de ese reloj orgánico que todo lo transforma.
No sólo existe una apropiación de esas imágenes, también hay un proceso de resignificación a través del reencuadre, que a su vez, intenta representar el funcionamiento de la memoria. Así como cuando recordamos lo hacemos en un presente evocando un pasado, las fotografías utilizadas representan el tiempo pasado, y el gesto de reencuadrar el presente desde donde lo hacemos.
De igual forma que los antiguos trazaban entre las estrellas líneas invisibles para crear constelaciones, utilizo el lenguaje para evidenciar cómo se construye el relato de la memoria. Es también una forma de incorporar mis propias imágenes mentales. De todo esto surge la decisión de incluir el texto que aparece sobre el papel vegetal.
Con la voluntad de respetar la forma en que opera la memoria, se utiliza para el libro una estructura no secuencial, donde las imágenes, así como los recuerdos que aparecen, se componen y se muestran de forma involuntaria. De esta manera se anima al espectador a participar en la composición de esos fragmentos de memoria, invitándole a apropiarse de ellos y a darles, una vez más, un nuevo significado.
En lo que al título se refiere, El Juego de la Madalena hace referencia a un juego inventado por mi padre. A través de su propia voz, reconvertía fotografías aparecidas en el periódico del día, e improvisaba historias donde la madalena era siempre el leit motiv. La imagen de algún político con el dedo alzado y cara de enfado (por ejemplo) se convertía por unos minutos en un personaje ridículo que exigía comer madalenas.
Este juego de resignificación, donde cualquier imagen podía ser víctima de la imaginación de mi padre, coincidía con el mismo sujeto de repostería del que Proust se valió en Por el camino de Swann, para describir el fenómeno en el que una percepción evoca un recuerdo.
Así mismo, se propone al lector que juegue, que componga y recomponga, dando sentido a las instantáneas con sus propias combinaciones. Todo ello a través de imágenes evocadoras que por su propia naturaleza, remiten al pasado y a la memoria.
Julieta Averbuj (Barcelona, 1986), trabaja como programadora cultural en imaginCafé, espacio cultural privado en el centro de Barcelona. En sus ratos libres experimenta con la fotografía y el cine. Sus películas han sido seleccionadas y exhibidas en festivales internacionales, galerías, y varios de sus trabajos han aparecido en publicaciones. Su interés académico se centra en el cine experimental y de vanguardias. Graduada en 2014 en Dirección de Cine en la Universidad de Cine de Buenos Aires (FUC), dirigió la programación de la sección experimental del Festival de Cine de Lima (Perú), y fue jurado en la primera edición de Fronteira: International Documentary & Experimental Film Festival en Goiania, Brasil. En los últimos años ha trabajado como asistente de dirección y asistente de producción en Perú, Nueva York y España. En 2018 realizó el curso de fotolibro en la escuela El Observatorio en Barcelona que dio como resultado la maqueta del proyecto editorial El juego de la madalena. La maqueta se formalizará en un fotolibro gracias a haber sido seleccionada como parte parte de Cuadernos de Kursala 2022 y gracias al apoyo editorial de Fuego Books.