Rafa Badia
Barcelona fragmentada. A lo largo de los últimos 25 años me he dedicado a recoger lo que ocurre en las calles de la capital catalana. No me refiero a los momentos culminantes que entran en la Historia, o que al menos se recogen en las páginas de los diarios del día siguiente. He eludido a propósito los instantes estelares, así como los lugares emblemáticos, esos que aparecen en las postales e Internet. Nunca me han interesado los photo spots de una ciudad que, hasta la pandemia de la Covid 19, se había convertido en un parque temático casi perfecto.
Barcelona sin Barcelona, pero llena de Barcelona: no puedo resistirme a dirigir mi cámara hacia la cotidianidad en la que se superponen el trabajo, el ocio, lo lúdico, el aburrimiento, lo local y lo foráneo. Lo que dura siglos y aquello que se consume en una temporada, en un día, en un segundo. La mía es una mirada que fragmenta, que borra la identidad, que encaja personas y objetos en diferentes planos: todo parece comprimido e incompleto, en transformación, en movimiento permanente. En el encuadre no cabe azul sereno del mar Mediterráneo, ni el cielo despejado de nubes.
Miento: tengo muchas imágenes de la Ciudad Condal en azul, de planos amplios y línea del horizonte; pero esta muestra de la parte por el todo no me parece menos digna de atención e interés. Si no conoces esta ciudad, probablemente no la reconozcas; pero si has pisado sus aceras no te quedará ninguna duda: para bien o para mal no puede ser más que mi querida, mi a veces odiada Barcelona.
Rafa Badia (Santa Cruz de Tenerife, 1964) es fotógrafo, editor gráfico y docente. Licenciado en Imagen de Ciencias de la Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid, combina su trabajo con la cámara con la actividad teórica alrededor de la fotografía documental. Su gran proyecto fotográfico se centra sobre la ciudad de Barcelona, a la que ha dedicado los 25 años que ha residido en esta ciudad. Ha publicado dos fotolibros, A Barcelona (Arola ediciones, 2009) y Barcelona Blues (GrisartMedia, 2015). Fue miembro cofundador de Calle 35, el primer colectivo de fotografía de calle de España.