01 RED BLOOD 01 72 S
02 RED BLOOD 02 72 S
03 RED BLOOD 03 72 S
04 RED BLOOD 04 72 S
05 RED BLOOD 06 72 S
06 RED BLOOD B 02 72 S
07 RED BLOOD B 01 72 S
08 RED BLOOD 05 72 S
09 RED BLOOD 07 72 S
10 RED BLOOD 08 72 S
11 RED BLOOD 10 72 S
12 RED BLOOD 09 72 S
13 RED BLOOD 17 72 S
14 RED BLOOD B 03 72 S
15 RED BLOOD 10 B 72 S
16 RED BLOOD 11 72 S
17 RED BLOOD 12 72 S
18 RED BLOOD 13 72 S
19 RED BLOOD 14 72 S
20 RED BLOOD 15 V2 72 S
21 RED BLOOD 16 72 S
22 RED BLOOD 18 72 S
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Rpnunyez

Retratos descontextualizados. En cierto sentido el trabajo del fotógrafo no es otro que componer historias donde el personaje central y diversas pistas visuales (de tipo social, económico, geográfico …) tejan un tapiz de sensaciones, de emociones, que den voz a esa historia.
Sin embargo, esas pistas, en no pocas ocasiones, se vuelven en nuestra contra forzando un prejuicio sutil e inconsciente acerca de lo que contemplamos.
El objetivo de esta serie de retratos es precisamente ése: la descontextualización, la eliminación (en la medida de lo posible) de esas pistas (incluidos unos deliberadamente sintéticos títulos) que paradójicamente nos alejan de la verdadera esencia del modelo. Una descontextualización que inicialmente nos arroja a la incertidumbre (¿dónde? ¿cuándo? ¿cómo?) pero que finalmente nos impulsa a centrarnos en la esencia del ser humano que tenemos delante.

Red Blood. Si hay alguna constante en la vida de un fotógrafo es la de miles y miles de encuentros, algunos de ellos fugaces, cuya permanencia en la memoria descansa en la propia fotografía tomada, y otros acompañados de largas conversaciones o verdaderas historias vividas en común.
Sea como sea, cuando alguien entra en el cuadro, cuando logras atrapar esa fracción de segundo burlando al propio tiempo, lo que allí acaba de ocurrir pasa de forma inevitable a ser parte de ti mismo.
Esa y no otra es la dimensión humana de mi manera de sentir la fotografía y ese es el significado de mi relación con las personas retratadas.
Tal vez no compartimos ni modo de vida ni religión ni país, pero, sin importar el tiempo transcurrido, todas ellas me acompañan allá donde esté y, aún desdibujados ya por ese paso del tiempo, pueblan mis recuerdos. Casi sin darme cuenta han dejado de ser “los otros”; son algo así como mi familia extendida.
Solemos centrarnos en el ¿dónde? y en el ¿cómo? y tal vez deberíamos focalizar nuestra atención en el ¿quién?
Es cierto, no compartimos ni país ni lengua ni religión, pero la sangre que fluye por nuestras venas es del mismo color rojo y tal vez eso debería ser suficiente.

©Rpnunyez  2022

Rpnunyez. «Pensé que, con el tiempo, se resolverían todas las preguntas que me he hecho durante años sobre mi relación con la fotografía. Lejos de ello, siguen abiertas multitud de posibles respuestas. Apenas fotografío objetos, monumentos o paisajes, que, si acaso, son meros adornos que acompañan a un único protagonista: el ser humano, con sus fortalezas y miserias, con sus anhelos y frustraciones, con sus risas y lágrimas. Y no recuerdo una sola de mis fotografías en la que, en el momento de disparar, no me haya acompañado la profunda convicción de que sólo el azar o incluso el tiempo son la única razón por la que no soy ese anciano de una tribu remota, ese devoto en éxtasis dentro de una madraza, ese mendigo resguardándose de la lluvia bajo la lata o ese nuevo rico que desprecia todo lo que no le concierne en primera persona. No fotografío lo que veo sino lo que soy. Nunca pienso en mis fotografías como objetos de arte o de consumo, tampoco tienen nada que ver con lo efímero. Pienso en ellas como herramientas al servicio de una idea sencilla que tan magistralmente resumió Wayne Miller: “Las verdades universales del ser humano.»

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