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Vicky Ocaña

Re-encuentro. “Miro a través de los árboles, me escondo en la hierba. Desde arriba o hacia arriba, a ras de suelo. No quiero perderme nada. Me gusta meterme dentro, en el camino, entre los árboles, tumbarme en la hierba, sentir el aire, oír a los pájaros, las risas, los pensamientos de los que pasean, oler la hierba y escucharla, sentir la fuerza del agua y contemplar como se mueve sin pausa, siguiendo su camino.
De tanto en tanto, necesito salir fuera y mirar a lo lejos, y disfrutar de la nostalgia que evoca la distancia – respiro, cojo aire – para sin demora volver a entrar.
Todo transporta a la búsqueda de un resquicio de felicidad ansiada, en un pasado turbulento, a aquellos veranos en un pueblo, con sus calles, sus gentes y su entorno, aislada de mi vida, sola, en paz.
Hoy miro el pasado con el cariño de lo que no pudo ser. Momentos dulces de una infancia que no fue. Me gusta acercarme para sentir a esa niña que soñaba con un mañana que nunca llegaba, y susurrarle al oído, no te preocupes, al final fue.”
El imaginario de este proyecto trascurre en el rio Llobregat desde Molins de Rei, localidad en la que vivo, hasta su desembocadura en el Delta. Como muchos otros ríos, el rio Llobregat en su tramo final, es un entorno natural que perdió su identidad como tal a lo largo del siglo pasado. Los pueblos que durante siglos crecieron a su lado, le dieron la espalda. En los últimos años parece que poco a poco vamos recuperando parte de lo que había sido, y podemos volver a verlo, a sentirlo, como lo que era: un espacio natural lleno de vida y de belleza. La idea inicial de mi proyecto consistía en documentar este proceso de recuperación. Pero hubo un momento en el que me di cuenta de que la atracción que sentía hacia el tema, estaba basada en una nostalgia, en una necesidad de reencuentro con un pasado al que desde hace tiempo quiero poner paz. Una alegoría de mi reencuentro con el pasado para descubrir una imagen diferente de lo que durante años he concebido como una realidad.

“La fotografía ha sido para mi desde muy jovén una pasión, y casi diria, una necesidad vital, y en ocasiones hasta una obsesión. Me fascina poder captar las emociones que siento al observar el mundo que me rodea, su luz, su color, su olor … Me deleito en los detalles, y me gusta mirar en todas direcciones, para no perderme ningún detalle.” Así define Vicky Ocaña su mirada, su forma de entender la fotografía. Paisajes, en los que los detalles, las luces, colores y texturas, se conjugan para hablar del mundo que nos rodea, de sensaciones y emociones. Sus trabajos han sido expuestos en festivales como Fotolimo (Port Bou-Cerbère), ArtPhoto Bcn, FineArt (Igualada) o en el Festival de fotografía Internacional de Chefchaouen (Marruecos), así como en espacios más íntimos, como son librerías y salas de exposiciones. También ha sido finalista en varias ocasiones en concursos fotográficos. En la actualidad compajina el ámbito comercial de la fotografía, trabajando para empresas de interiorismo y arquitectura, con sus proyectos personales, y es miembro del colectivo Hadar206.

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