Yukio Oyama
Cavidades. Desde mediados del siglo III hasta el siglo VII, se construyeron en diversos lugares de Japón unos sepulcros llamados “Kofun”. Hoy se cree que estas tumbas representan al poder dominante en aquella época, aunque son muchos los detalles todavía desconocidos sobre ellas.
Aún hoy se conservan muchos de estos sepulcros por todo Japón. Algunos están cercados y no es posible acceder a ellos, otros ni siquiera tienen nombre propio y están derruidos casi por completo. Cada uno de ellos ha venido transformándose a lo largo del tiempo según sus particulares circunstancias hasta llegar a su estado actual.
Para poder sentir y expresar el efecto del paso del tiempo sobre los sepulcros “Kofun”, utilizo una cámara estenopeica en la cual la exposición se realiza a través de un orificio, no de una lente. La abertura minúscula de la cámara oscura capta aquello que el ojo humano no ve. Este método también permite conseguir imágenes suaves y algo difuminadas, de modo que el espectador recibe la impresión de una cierta distancia y las aprecia mejor.
Creo que este alejamiento es precisamente la sensación real que percibe uno al contemplar un sepulcro “Kofun”.
Yukio Oyama. Nació en 1963 en Rausu, en el Parque Nacional de Shiretoko (Hokkaido, Japón). En lo más profundo de sus recuerdos infantiles permanece el paisaje de un mar cubierto de bloques de hielo a la deriva, con triángulos de agua recortados entre sus fisuras. Su primera experiencia con una cámara fotográfica fue cuando tenía diez años. Fascinado por los cisnes que migran por la región, gastó tres carretes. Pero el resultado fue decepcionante: ¡en todas las fotografías salía fotografiado su propio dedo! En la escuela secundaria perteneció al club de fotografía esperando mejorar su técnica, pero al final no hizo nada más que trabajar en el cuarto oscuro. Con veintiséis años, y como si de repente se hubiera acordado de su vieja afición, compró una cámara y empezó a hacer fotografías. Al año siguiente dejó el trabajo, ingresó en una escuela de fotografía y se graduó. Luego, consiguió que una galería de Nueva York acogiera una exposición individual sobre su obra. Desde 2016 viaja por todo Japón tomando fotografías con una cámara estenopeica de los restos de antiguos sepulcros “Kofun”. Actualmente reside en Tokio. Utiliza principalmente cámaras de gran formato (8 x 10) y plasma sus fotografías sobre gelatina de plata.